Conoce a Nuestro Socio Fundador, Arq. Leopoldo de la Maza
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En esta edición especial de #LíderesHermosillo, tenemos el privilegio de entrevistar a uno de nuestros socios fundadores, el Arquitecto Leopoldo de la Maza. El camino de Don Polo es un testimonio del poder de la perseverancia y el compromiso inquebrantable por el bien de la empresa y su crecimiento personal y profesional. Sus historias y perspectivas ofrecen una visión única de los valores y principios que han impulsado el éxito del Grupo Hermosillo a lo largo de los años.

A través de esta plática nos comparte sus motivaciones para unirse a la empresa, relata sus primeras experiencias en la constructora y reflexiona sobre las importantes lecciones que ha aprendido. También habla sobre los factores clave detrás del éxito de Hermosillo, los valores que han guiado su liderazgo y su visión para el futuro.

1. ¿Cuál fue su motivación inicial para unirse a Grupo Hermosillo? ¿Hubo alguna experiencia o evento específico que lo inspiró a tomar este paso?

Mi motivación inicial para unirme a Grupo Hermosillo fue la posibilidad de mejorar y el hambre de crecer. Tenía ambición, el deseo de sobresalir, mejorar continuamente y asegurar el sustento para mi familia. 

Después de recibir mi carta de pasante, me mudé a Ciudad de México con la esperanza de encontrar más oportunidades. Me dije a mí mismo que si en Monterrey había dos millones de puertas que tocar, en Ciudad de México había ocho. Lo que no sabía es que ocho millones de personas tocaban las mismas puertas.

Siendo egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León, muchas veces me negaban las oportunidades porque preferían a graduados de universidades más prestigiosas. A pesar de esto, logré conseguir trabajo en la constructora Falcón, lo que me permitió seguir avanzando en mi carrera.

Para mí, la experiencia consiste en recapacitar sobre lo que has hecho: corregir los errores y mejorar en lo que has hecho bien. Pero la experiencia no termina ahí; considero fundamental compartirla con otros para que todos obtengamos un beneficio. Guardarse el conocimiento solo para uno mismo es egoísta. El siguiente paso es enseñar y transmitir esos conocimientos.

2. Cuéntenos un poco sobre sus primeros días en la empresa.

En mi primera entrevista para Grupo Hermosillo estuvieron presentes los arquitectos Juan. Ramos, Víctor Hermosillo, Leopoldo Carrillo y el Gerente Administrativo, el Lic. René Tiznado. Llegué por recomendación, de lo cual rescato una importante moraleja: todo tiene un por qué, y las relaciones son muy importantes. 

Creo que lo que más les llamó la atención sobre mí fue mi honestidad, tanto en el hablar como en el actuar. En esa primera entrevista, dije: “Nunca tomaré ni un centavo que no me corresponde”, porque creo firmemente que todo se basa en la confianza.

Agradezco profundamente a Dios y a los arquitectos que depositaron su confianza en mí. Al entrar a trabajar, uno adquiere un compromiso con la empresa, pero es muy importante adquirir ese compromiso consigo mismo. Aprendí a estudiar muy bien la información de las obras antes de ir a verlas, a observar y ser crítico con la información que ya tengo.

3. ¿Cuál cree que es la clave del éxito de Grupo Hermosillo?

En lo personal, creo que el éxito de la empresa se debe al gran conocimiento de cada sector o departamento y a la voluntad de cumplir honestamente con los compromisos. Esta es la base de todo.

Además, la fidelidad de cada uno de los compañeros de trabajo ha sido fundamental para laborar como equipo.

La fortaleza económica se ha obtenido gracias a la visión, el ahorro y la inversión. Esto representa el “tener” de la empresa. Los líderes nunca fueron derrochadores; creían en el hábito del ahorro y la inversión para crecer.

El prestigio representa el “ser” de la empresa y se ha ganado mediante el cumplimiento de los compromisos adquiridos. Obtener prestigio requiere constancia y consistencia durante muchos años de trabajo, pero perderlo solo toma diez minutos.

La actitud es también crucial. Es una predisposición adquirida que nos hace mirar hacia delante. Grupo Hermosillo nunca ha adoptado una actitud derrotista.

El nicho de mercado en el que estamos inmersos ha ido en ascenso en los últimos años y dependemos de los mercados debido a que somos una empresa de servicios.

Pero, sobre todo, agradecemos a Dios, quien nunca nos ha dejado de su mano y gracias a Él hemos sobrevivido muchas crisis.

4. ¿Qué valores o principios han guiado su liderazgo en la empresa?

El bien común es un principio que esta empresa busca con intensidad. Esto incluye a socios, compañeros de trabajo, contratistas, proveedores y a la ciudad en general. Sin embargo, esto solo se logrará siempre y cuando se respeten las leyes de la naturaleza (biológicas, químicas, etc., pues la empresa siempre ha tratado de respetar la naturaleza), y las leyes naturales (humanas y divinas, que corresponden al ser humano como tal y que son los principios absolutos que nos rigen). 

Todo esto se basa en el esfuerzo, el trabajo y la subsidiaridad. La visión de la empresa es el bien de todos. Somos solidarios, dando a otros sin esperar nada a cambio.

5. ¿Cómo se siente frente al legado que está dejando a su familia y colaboradores de la empresa?

Jamás me imaginé, cuando salí de la escuela, que podría llegar a esta altura. Nunca imaginé que mi maestro tuviera boca de profeta. En primer año, nos preguntaron: “¿Por qué entraron a estudiar arquitectura?”. La mayoría respondió que por su amor al diseño o al arte. Yo, en cambio, contesté: “¡Para trabajar!”. El maestro Arquitecto Armando Villarreal, hijo del autor de la canción “La Morenita”, se burló y me dijo: “Así que serás un magnate”. Y así fue como me apodaron.

Me siento agradecido y orgulloso del legado de Grupo Hermosillo. Es un honor haber podido contribuir a su crecimiento y éxito. Espero que estos mismos principios sigan guiando a las futuras generaciones.

6. ¿Cuál ha sido el proyecto más emocionante en el que ha trabajado dentro de la empresa y por qué?

Creo que no podría mencionar uno en especial, ya que las satisfacciones han sido muchas y de gran variedad de formas. Me ha emocionado el reconocimiento que, sin merecerlo, me han hecho algunos compañeros de trabajo.

Recuerdo especialmente a una persona que, al retirarse de la empresa, me dijo: “Usted ha sido muy humano y profesional”. Otro me dijo: “Estaba por retirarme, pero usted dio una plática y me hizo cambiar de idea. Lo considero mi mentor”.

En más de 60 años, todos los días han traído aciertos y fracasos. De ambos se obtienen nuevos conocimientos y experiencias, tristezas y satisfacciones.

El proyecto que más he valorado ha sido el primero que tuve, en Ciudad Obregón. No solo estaba en juego el prestigio de la empresa, sino también la supervivencia y la vida de mi familia. Además, fue un reto que yo mismo me puse.

Al comienzo de Grupo Hermosillo, siempre estuvimos a prueba. El negocio tenía demasiadas inseguridades debido a las altas y bajas del mercado y los cambios sexenales que ponían en peligro la subsistencia de la empresa. Al grado de decirle a mi esposa “amárrate el cinto”, ya que después de cada obra existía la posibilidad de que me dieran “vacaciones forzosas”. Así pasé los primeros cinco años de la empresa, sin salir de vacaciones por temor a que alguien más listo y eficiente que yo llenara mi lugar.

Dios aprieta, pero no ahorca. Para que Dios ponga su mucho, nosotros debemos poner nuestro poco. Si tú no pones tu poco, Dios tampoco pondrá su mucho.

7. ¿Qué lecciones importantes ha aprendido a lo largo de su tiempo en la compañía?

Lo más importante es que la honestidad, en todos sus aspectos, sí paga. La honestidad en el hablar, en el manejo del dinero, con nuestros empleados, contratistas y proveedores. 

8. ¿Cuál es su visión para el futuro de Grupo Hermosillo y cuáles cree que serán los principales desafíos a enfrentar?

No puedo adivinar el futuro, pero creo que hay cuatro factores que nos impactarán mucho:

  • México y sus elecciones, en las que votamos no sobre un partido, si no por la libertad o la esclavitud.
  • La situación mundial, que es muy incierta. 
  • Si salimos adelante de estas dos cosas, entonces dependeremos del mercado. 
  • Por último, de nosotros mismos. Si la empresa se cae, que sea por nosotros, no por factores externos. Hay que hacer lo que podamos con lo que tengamos. 

El americano dice “time is money”, pero yo digo “el valor del tiempo es la eternidad”. No lo desperdicien. No pierdan el tiempo, hay que aprovecharlo todo lo que se pueda. 

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